Tras las fiestas navideñas, y con el año estrenado, vienen muchas veces los típicos ejercicios de conciencia con las sucesivas preguntas, y miedos, que alguno en su vida se crea a tales alturas. Estos días y tras leer el blog de mi querido amigo Enrique he reflexionado un poco. Amparándome a la luz del recuerdo y la esperanza, quiero volver a sentir la inocencia del niño que fui, volver a las horas de sol y abrazos entre amigos, a la candidez de las sonrisas y, ante todo, no perder mis pasos en el camino si la ilusión me guía porque como dice Gaspar en el Auto de los Reyes Magos: "andemos tras el strela, ueremos el logar" el lugar donde se arrellanan nuestros objetivos, nuestros deseos, que con esfuerzo e ilusión podremos conseguir. Emprendo un nuevo camino. Gracias Enrique.