Se acerca la Navidad. Con ella, tiempos de alegría, de alborozo, de regalos, de interminables fiestas, de opíparos banquetes pero también tiempos hipócritas, de tristes recuerdos (de aquellos que no están entre nosotros), de estrés y de armarse de paciencia y valor para aguantar, en una fiesta, aquellos fastidiosos que durante todo el año nos han hecho la vida imposible. Para resarcirme y sacudirme más bien de la "caspa" que de la nieve, leo con entusiasmo en el blog del escritor Juan Pedro Quiñonero (http://unatemporadaenelinfierno.net/) un poema casi desconocido de mi admirado poeta Luis Alberto de Cuenca, poeta que predice en estos tiempos de vacas flacas, una mejoría en el mundo de las letras (http://www.hoy.es/20081001/sociedad/poeta-luis-alberto-cuenca-20081001.html). Que quieres que te diga, querido lector, ojalá que advinieran buenos tiempos para la lírica aunque, pensándolo fríamente, mejor desearía en la situación que estamos, buenos tiempos para el bolsillo de nuestros líricos para que pudiesen escribirnos y no perecieran en el intento. De todas maneras, y por adelantado: Feliz Navidad, querido lector.
NAVIDAD
Todo vive en la Tierra porque antes ha vivido
en el cielo. Los astros rigen nuestra aventura
por las calles del mundo. Numeran nuestros actos,
eligen al azar nuestras melancolías
y nuestras ilusiones, escriben nuestra historia
en un libro siniestro que tiene, en vez de páginas,
manchas incomprensibles, y un día nos despiden
de las cosas que amamos porque ha llegado el tiempo
de morir, alojándonos en el vertiginoso
remolino del caos, donde reina la Nada.
No sé las Navidades que tendré que vivir
antes de reintegrarme al agujero negro
donde siempre es de noche, pero sí sé que en estas
fiestas en que la luz vuelve de su destierro
a decirnos que aún es posible el milagro
de la resurrección, es cuando me he sentido
y seguiré sintiéndome más cerca de la muerte
que nunca. Navidad: horror inexplicable
con que los astros dan por terminado el año.
Luis Alberto de Cuenca
5 retazos compartidos:
"Nadie recuerda una Navidad tan fría como esta".Menos mal que siempre queda el abrazo cálido de una mujer...
"ésta", sorry.
1 abrazo, José Luis
El sentirnos huérfanos y acompañados al mismo tiempo (sensación que la Navidad provoca como ninguna otra fecha) no tiene por qué ser malo...
Me gusta este espacio que he recién descubierto. Te enlazo y sigo, amigo.
Un saludo a lo renacentista.
GRACIAS POR VUESTROS COMENTARIOS
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