lunes, 9 de febrero de 2009

Lejos de mí

-¿Vendrás pronto? Me horroriza esperar tanto tiempo.

-Sí, ya sabes que cada vez que puedo, y me dejan, siempre me acerco.

-Es verdad...es que me siento tan solo que no puedo recordar tus últimas palabras cada vez que te despides de mí.

-¿No puedes recordarlas?

-Bueno...más bien...no quiero...ya sabes...es el dolor de la imposibilidad...nos separan razones suficientes para no estar juntos...ya lo ves...es eso... es...

-No llores, no llores más.

-No puedo.

-Tranquilízate, amor mío.

-A veces...me pregunto...¿por qué hay siempre en nosotros un mal recuerdo que recela de los buenos, amenazándolos y acobardándolos?...hay un poseso en la memoria...un león dormido que cuando despierta es capaz de devorar hasta sus crías...es el asesino perfecto...está ahí preparado para que cada vez sientas el filo mortífero del remordimiento...nubla la razón...seca la garganta...empaña los ojos...todo está lejos de mí...hace que un eco pesado te estruje y te parta en dos...¿hay algo peor para un hombre que hasta su sombra esté maldita?

-No te aflijas tanto. Lo hecho, hecho está.

-Me arrepiento...y fíjate quien te lo dice...

-Tu padre dice que le recuerdas demasiado.

-Es verdad...tanto que pensar que Esperanza no estará a mi lado por mi culpa...que...que me hace miserable...soy un hombre de arena...me desmorono...

-Juan, hijo mío.

-Madre...siento que en mi interior retumba un trueno fatal...

-Sé que tu dolor es profundo, Juan, pero la mataste.

-¿De deseo o de amor?

-Demasiado has volcado como para...

-¿Para qué madre? ¿Para qué?

-¡Para no tenerte! Si bien duermes solo en la celda de tu condena, yo lo hago en el desasosiego eterno de tu mortificación. He perdido algo de mí.

-No sufras, madre.

- ...ya...

-¿En qué piensas?

-En la vida.

-¿Volverás entonces?

-Siempre, hijo, siempre.

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Me recuerda al diálogo de una de las escenas de Calles. Esta "obra de teatro" la hicimos entre todos los alumnos de 2º de Bachillerato de Arte del Instituto Ramón Carande bajo la batuta de del gran Antonio Rodríguez Almodovar, nuestro profesor de literatura. Me has hecho vivir esa obra tan bonita y que estrenamos en su día en el CAT. Gracias amigo.