jueves, 12 de enero de 2012

Cuentos para otra Navidad (y IV)


Ilusión en el Convento Sta. María de Jesús
Y para concluir este ciclo de estampas navideñas, retomaré la más reciente. Fue el domingo día 8. Por invitación de mi amigo Miguel Ángel López, y de su familia, me agregué gustosamente a un grupo de amigos dedicado a llevarles regalos a la congregación de Hermanas Clarisas del Convento Santa María de Jesús de Sevilla, en la calle Águilas. Fútiles objetos capaces de colmar sus deseos escritos en una inocente e infantil carta a los Reyes Magos: una bufanda para la Hermana tal, unas zapatillas para otra, un libro y un rosario, etc. La muestra de cariño de la familia López es entrañable. Desde hace unos seis años dedican parte de su tiempo y dinero, por qué no decirlo, a acercar pequeños obsequios a las hermanas enclaustradas. La vida del retiro espiritual, lejos del llamado “mundanal ruido”. Como de costumbre en estos días, me atavié de nuevo de paje real para ayudar a sus Majestades de Oriente a repartir los regalos y lanzar puñados de caramelos, risas y felicitaciones. Hubo entre los reunidos, personas que, no siendo creyentes, o de otras religiones, se contagiaron de la complicidad y la espiritualidad de las monjitas. Tras la visita hubo agradecimientos celestiales. Presencié, queridos amigos, la mirada religiosa de la humildad, ser bienaventurados en lo poco.
Un servidor vestido de paje real
Como entenderéis, después de estas vivencias, he valorado cuáles han de ser nuestras metas, nuestras posibilidades, nuestras actitudes como ser modestos, valientes, optimistas y solidarios, estimando el fundamento verdadero de la vida: ser feliz haciendo también feliz al prójimo. Parece una máxima manida pero necesaria, pienso, si el hombre de hoy, del presente 2012, quiere sobrevivir a los envites del toro salvaje del infortunio. Así que ojalá que siempre sea Navidad.

0 retazos compartidos: